Rafa Nadal, el mallorquín más internacional, y número uno del tenis mundial no podía esperarse que en Oviedo se encontrase con un dulce cuyo nombre es un gentilicio de su tierra, y no ha podido resistirse a su encanto comestible.
Las mallorquinas endulzarán aún más su camino hacia la excelencia del deporte, al igual que las Mallorquinas persiguen la excelencia del sabor.